A dos años para que Cancún elija a su próximo presidente municipal, la contienda ya perfila rostros y tendencias. Y lo más revelador no está en la oposición, sino en el interior de Morena y sus aliados.
Los números son consistentes: según la medición de septiembre de la encuestadora Massive Caller, Movimiento Ciudadano apenas araña el 8.3% de intención de voto; el PRI sobrevive con 10.3% y el PAN apenas sube al 21.6%. Mientras tanto, Morena y sus aliados caminan con 44.5%.
En este escenario, la verdadera disputa no se dará en las urnas contra la oposición, sino en la definición de quién portará la candidatura guinda en Benito Juárez. Y aquí aparecen dos nombres que concentran reflectores: Vero Lezama y Pablo Gutiérrez Fernández.
Vero Lezama, como mujer y presidenta honoraria del DIF Quintana Roo, encabeza las preferencias con 21.7%. Su presencia social le han dado un capital político que la coloca como puntera en el arranque. Representa una figura femenina con arraigo en el trabajo comunitario y con una proyección que trasciende los espacios institucionales.
Por otro lado, Pablo Gutiérrez Fernández emerge como hombre con fuerza propia. Con 14.3% lidera las preferencias masculinas y, más allá de las encuestas, su liderazgo se ha forjado en las calles: en contacto directo con la ciudadanía, en recorridos, en escuchar y atender de frente a la gente. Esa presencia cotidiana lo hace ver como un perfil natural para encabezar un proyecto que no divide, sino que une al morenismo en Cancún, bajo la narrativa de la justicia social y de la transformación.
Lo que parece seguro es que el próximo presidente municipal saldrá de Morena. El reto estará en cómo se construye la candidatura, porque Cancún no admite improvisaciones.
En política, dos años son eternidad. Pero hoy, la carrera ya muestra nombres y números. Y en el tablero, todo apunta a que el verdadero juego estará en casa.