Corrupción y extorsión son las acusaciones que persiguen al oficial mayor de Cozumel, Ray López, pero para el presidente municipal José Luis Chacón parece no ser un tema prioritario.
En medio de señalamientos graves, que incluyen extorsión a políticos y cobro de piso a trabajadores de limpia pública cuando fue Director de Fiscalización en Cancún y encargado de Siresol, Chacón ha decidido darle 100 días para demostrar su “cambio”.
En declaraciones, Chacón afirmó que “no somos una agencia de investigación”, como si las acusaciones contra un alto funcionario de su gobierno fueran irrelevantes.
Además, admitió que ni siquiera revisó a fondo el currículum de López antes de nombrarlo en su administración, como si los escándalos de corrupción fueran detalles insignificantes del pasado.
Mientras tanto, Ray López, señalado por prácticas corruptas que afectarían a trabajadores y políticos por igual, sigue en su cargo sin mayores repercusiones. Chacón, tratando de calmar las aguas, aseguró que “todos los funcionarios están a prueba” y que si en 100 días se repiten actos de corrupción, entonces se tomarán medidas.
Sin embargo, las declaraciones del alcalde no convencen.
¿Es esta la forma en que Cozumel va a combatir la corrupción?
¿Dándole tiempo a un funcionario acusado de extorsión para “demostrar” que ha cambiado?
La indignación crece en la isla, mientras la administración de Chacón parece ignorar la gravedad de los hechos, delegando toda responsabilidad a los órganos correspondientes, pero sin hacer una verdadera revisión interna.
¿Será que en Cozumel todo se maneja bajo la mesa?