
Desorganización, abuso de poder y un escándalo en puerta.
Así se resume la situación que enfrenta Rodrigo Alcázar, encargado del Instituto de Movilidad de Quintana Roo (IMoveqroo), quien parece no tener control sobre cómo operan sus propios inspectores en el municipio de Benito Juárez.

A pesar de que audios y videos salieron a la luz mostrando el momento en que un conductor de Uber fue retenido dentro de unas grúas —propiedad de Erick Borges, alcalde de José María Morelos—, Alcázar insiste en que no hubo privación de libertad. Sin embargo, las imágenes y testimonios cuentan otra historia: un conductor encerrado y sin libertad para abandonar el vehículo.

Alcázar intentó justificarse mencionando artículos de la Ley de Movilidad, pero sin especificar el fundamento legal para el retiro de la unidad, lo que ha dejado serias dudas sobre su competencia para manejar la situación. ¿Sabía realmente de los abusos? ¿O simplemente cierra los ojos ante las irregularidades?
Este caso pone en evidencia la falta de control y el supuesto encubrimiento de prácticas corruptas que parecen normalizarse en el IMoveqroo.
La ciudadanía exige respuestas claras y acciones contundentes, ya que la simulación y falta de transparencia en esta dependencia solo agravan la crisis de movilidad en el estado.