Cancún huele a Cempasúchil. Este olor, que envuelve las calles, mercados y florerías, anuncia la llegada de una de las festividades más queridas en México: el Día de Muertos. La vibrante flor, traída desde Puebla, Toluca, Hidalgo y Michoacán, resplandece en las esquinas y pequeños viveros de la ciudad, marcando el inicio de una temporada cargada de misticismo y color.
Con precios que van de 25 pesos por una flor, 50 por un ramo pequeño y 100 la maceta, los vendedores han comenzado a ofrecer estas flores tan esperadas. Don Abel del Rosario, un vendedor originario de Puebla, recuerda a los compradores que los precios aumentarán conforme se acerque el 1 y 2 de noviembre. “Es el alma de las ofrendas, la flor que representa el camino de regreso para nuestros seres queridos. Hay que prepararse bien, porque sin el Cempasúchil no hay Día de Muertos”, comenta con el orgullo de quien sabe que vende un símbolo ancestral.
Cancún se prepara, y con cada flor vendida, las tradiciones va en mexicanas vuelven a florecer.